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Escritos
La Reina Isabel es un gran baluarte, es la reina que forjó España. Fue la reina una mujer observadora ya desde pequeña, y más aún desde que se adentra en la corte del Rey Enrique. Es precisamente esa cualidad la que le permitió conocer la naturaleza humana y desde ahí, desde esa profunda observación de los otros, darse cuenta de que los cambios eran necesarios en esa vieja Castilla denostada y rota por la acción o inacción de los que hasta entonces la habían gobernado. Y es esa misma capacidad de observación la que comparte este artista con la reina, permitiéndole así conseguir en sus obras un fiel reflejo de esos pedazos de la historia.
El arte de Romero, además de estar impregnado de belleza, es un volver atrás, una auténtica labor de estudio e investigación que sin duda alguna cobra aún más importancia en estos momentos donde parece que se tiende a relegar nuestra historia al desván del olvido.
Hacer un semblante de la Reina en pocas líneas no es tarea fácil ante la magnitud de su obra. Es por ello que quiero destacar aquello que el artista a través de sus obras ha plasmado de forma indeleble como legado presente y futuro de ese otro vasto legado que la Reina nos dejó.
En este pasear por su exposición descubrimos la fuerza, la reflexión, la pasión, la entrega, la devoción, generosidad, lealtad, maternidad, renuncia, alegría y sufrimiento, sencillez, austeridad, sentido del deber y de estado. Son estos elementos los que el artista ha sabido plasmar en sus obras de forma tan apasionante como lo fue la vida de la Reina. Romero consigue transmitirnos cada una de estas cualidades a través de un rico juego de colores. La fuerza de rojos y negros nos muestran a esa mujer apasionada, fuerte y llena de contrastes. La elegancia de los colores más oscuros envuelven la obra de ese halo de espiritualidad y devoción que llenó su vida.
Date:
octubre 4, 2025

